Tiger I es el nombre por el que se suele conocer un tanque pesado alemán desarrollado en 1942 y usado en la Segunda Guerra Mundial cuya última designación oficial alemana fue Panzerkampfwagen Tiger Ausf. E (‘vehículo de combate blindado Tigre variante E’), a menudo abreviado como Tiger. El apodo del tanque fue puesto por Ferdinand Porsche, y el número romano se le añadió después de que el Tiger II entrara en producción. La primera designación oficial alemana fue Panzerkampfwagen VI Ausf. H, pero el nombre en marzo de 1943 fue cambiado a Panzerkampfwagen VI Tiger Ausf. E. La designación del inventario de vehículos militares alemanes para este tanque era Sd.Kfz. 181.
Fue una respuesta a la inesperadamente formidable fuerza blindada de la Unión Soviética encontrada en los primeros meses de la Operación Barbarroja, particularmente en los T-34 y KV-1. El Tiger I proporcionó a la Wehrmacht su primer tanque equipado con el cañón de 88 mm, que había demostrado previamente su efectividad tanto contra blancos aéreos como terrestres. Durante el curso de la guerra, el Tiger I entró en combate en todos los frentes de batalla que tenía Alemania. Por lo general fue desplegado en batallones de tanques independientes, donde demostró ser formidable.
Mientras que el Tiger I era temido por la mayoría de sus oponentes, era técnicamente complicado, usaba materiales y métodos de producción caros y de trabajo intensivo, consumiendo mucho tiempo de producción. Sólo fueron fabricadas 1347 unidades entre agosto de 1942 y agosto de 1944. El Tiger era propenso a ciertos tipos de fallos en las orugas e inmovilizaciones, sin embargo, en general era mecánicamente fiable pero caro de mantener y complicado de transportar debido a sus ruedas de apoyo superpuestas y entrelazadas. En 1944 se dejó de producir en favor del Tiger II.
Los Tiger podían destruir a la mayoría de sus oponentes, los T-34, Sherman o Churchill IV a distancias superiores a 1.600 m. Como contraste, el cañón de 76,2 mm del T-34 no podía perforar al Tiger I frontalmente a cualquier distancia, pero podía penetrar el blindaje lateral a 500 m disparando la munición BR-350P APCR. El cañón de 85 mm del T-34-85 podía perforar al Tiger frontalmente a una distancia de 1.000 m, y en los lados a más de 1.000 m. El cañón de 122 mm del IS-2 podía destruir al Tiger I a distancias mayores de 1 km desde cualquier punto.
El cañón de 75 mm del M4 Sherman no podía penetrar frontalmente al Tiger a cualquier distancia y necesitaba estar dentro de los 500 m para conseguir una perforación lateral. El cañón británico de 17 libras del Sherman Firefly, disparando munición APDS podía destruir al tanque alemán a más de 1.500 m, aunque esta munición fue muy rara. El cañón de 76 mm disparando la munición común APCBC no podía perforar el blindaje frontal, y tenía que estar dentro del radio de los 1.000 m para un impacto lateral con éxito.
Cuando las distancias se acortan, los cañones pueden realizar más daño. La potencia de fuego del Tiger I significaba que podía destruir a sus oponentes en distancias que ellos no podían responder efectivamente. En terreno abierto esta era su mayor ventaja táctica. Los tanques enemigos debían flanquear para poder destruir un Tiger, algo aplicable a la mayoría de los modelos pesados alemanes, que en los espacios cerrados eran fácilmente destruidos, pues su baja movilidad y velocidad los hacían vulnerables a las armas, que a cortas distancias sí eran letales.
El Tiger entró en acción por primera vez en septiembre de 1942 cerca de Leningrado. Bajo la presión de Hitler se puso al tanque en acción meses antes de lo planeado y los primeros modelos demostraron que eran mecánicamente frágiles. En su primera acción el 23 de septiembre de 1942, muchos de los primeros Tiger fueron destruidos. Otros fueron alcanzados por la artillería antitanque soviética. Uno de los tanques fue capturado prácticamente intacto, lo que permitió a los soviéticos realizar estudios y preparar una respuesta.
En los primeros combates en África del Norte, el Tiger podía dominar a los tanques aliados en terreno amplio. Sin embargo, los fallos mecánicos significaban que raramente podían entrar en acción. En una repetición de la experiencia de Leningrado, al menos un Tiger fue alcanzado por los cañones antitanque británicos de seis libras. Estas experiencias demostraron que las armas fabulosas no eran el sustituto de las tácticas correctas.
En la ofensiva de Kursk, el Tiger tuvo un gran éxito en combate. Entre el 1 de julio de 1943 y el 1 de septiembre del mismo año, el s.Pz.Abt 503 reclamó la destrucción de 501 carros de combate enemigos (en su mayoría T-34, pero también KV-1 y un pequeña porción de tanques anglo-americanos, de hecho unos 50 Churchill fueron desplegados en el sector central de la saliente y lo pasaron bastante mal en sus encuentro con la nueva generación de Panzer), 388 cañones antitanque (de 76,2 mm y algunos antiaéreos de 85 mm), 79 piezas de artillería pesada y 7 aviones, estos últimos destruidos aparentemente al arrasar un aeródromo. En el mismo período el batallón perdió 18 Tigres destruidos sin posibilidad de reparación, 7 de ellos incendiados.
El Tiger era más lento que la mayoría de los otros carros de combate de la guerra, pero tenía una velocidad típica para los tanques pesados y de apoyo de infantería. La velocidad máxima era de 38 km/h, comparada con los 37 km/h de su oponente más cercano, el IS-2, aunque rara vez se llegaban a estas velocidades debido a los problemas que generaba para todos los componentes mecánicos. Ambos eran más lentos que los tanques medianos y menos manejables.
El blindaje y la capacidad de fuego del Tiger eran temidos por todos sus oponentes. Una táctica aliada era enfrentarse al Tiger como un grupo, uno atrayendo la atención de la tripulación del Tiger, mientras que los otros atacaban por los laterales o la parte posterior, algo que ya hacían los Panzer III contra los primeros T-34. Ya que la munición y el combustible se guardaban en los laterales, una perforación lateral solía destruir al tanque. Aun así, los manuales de los carristas de los M4 Sherman decían que, para enfrentarse a un Tiger, debía realizarse por un grupo de 4 unidades y contar con perder al menos 3 (en el caso del Sherman Firefly).
Los Tiger eran utilizados en batallones de tanques pesados bajo el mando del Ejército. Se desplegaban en sectores críticos, para realizar operaciones de rotura del frente o contraataques. Algunas divisiones, como la División Großdeutschland o divisiones de las Waffen-SS, tenían un puñado de Tiger. El Tiger está asociado particularmente al SS-Haupsturmführer (Capitán) Michael Wittmann y el 501° Batallón SS de Tanques Pesados, que fue uno de los comandantes de tanque más exitosos de la Segunda Guerra Mundial.
Unos diez comandantes de tanques Tiger tienen más de 100 bajas en su haber, incluyendo a Otto Carius con más de 150, Kurt Knispel con 168, Johannes Bölter con más de 139 y Michael Wittmann con 138.
Fue una respuesta a la inesperadamente formidable fuerza blindada de la Unión Soviética encontrada en los primeros meses de la Operación Barbarroja, particularmente en los T-34 y KV-1. El Tiger I proporcionó a la Wehrmacht su primer tanque equipado con el cañón de 88 mm, que había demostrado previamente su efectividad tanto contra blancos aéreos como terrestres. Durante el curso de la guerra, el Tiger I entró en combate en todos los frentes de batalla que tenía Alemania. Por lo general fue desplegado en batallones de tanques independientes, donde demostró ser formidable.
Mientras que el Tiger I era temido por la mayoría de sus oponentes, era técnicamente complicado, usaba materiales y métodos de producción caros y de trabajo intensivo, consumiendo mucho tiempo de producción. Sólo fueron fabricadas 1347 unidades entre agosto de 1942 y agosto de 1944. El Tiger era propenso a ciertos tipos de fallos en las orugas e inmovilizaciones, sin embargo, en general era mecánicamente fiable pero caro de mantener y complicado de transportar debido a sus ruedas de apoyo superpuestas y entrelazadas. En 1944 se dejó de producir en favor del Tiger II.
Los Tiger podían destruir a la mayoría de sus oponentes, los T-34, Sherman o Churchill IV a distancias superiores a 1.600 m. Como contraste, el cañón de 76,2 mm del T-34 no podía perforar al Tiger I frontalmente a cualquier distancia, pero podía penetrar el blindaje lateral a 500 m disparando la munición BR-350P APCR. El cañón de 85 mm del T-34-85 podía perforar al Tiger frontalmente a una distancia de 1.000 m, y en los lados a más de 1.000 m. El cañón de 122 mm del IS-2 podía destruir al Tiger I a distancias mayores de 1 km desde cualquier punto.
El cañón de 75 mm del M4 Sherman no podía penetrar frontalmente al Tiger a cualquier distancia y necesitaba estar dentro de los 500 m para conseguir una perforación lateral. El cañón británico de 17 libras del Sherman Firefly, disparando munición APDS podía destruir al tanque alemán a más de 1.500 m, aunque esta munición fue muy rara. El cañón de 76 mm disparando la munición común APCBC no podía perforar el blindaje frontal, y tenía que estar dentro del radio de los 1.000 m para un impacto lateral con éxito.
Cuando las distancias se acortan, los cañones pueden realizar más daño. La potencia de fuego del Tiger I significaba que podía destruir a sus oponentes en distancias que ellos no podían responder efectivamente. En terreno abierto esta era su mayor ventaja táctica. Los tanques enemigos debían flanquear para poder destruir un Tiger, algo aplicable a la mayoría de los modelos pesados alemanes, que en los espacios cerrados eran fácilmente destruidos, pues su baja movilidad y velocidad los hacían vulnerables a las armas, que a cortas distancias sí eran letales.
El Tiger entró en acción por primera vez en septiembre de 1942 cerca de Leningrado. Bajo la presión de Hitler se puso al tanque en acción meses antes de lo planeado y los primeros modelos demostraron que eran mecánicamente frágiles. En su primera acción el 23 de septiembre de 1942, muchos de los primeros Tiger fueron destruidos. Otros fueron alcanzados por la artillería antitanque soviética. Uno de los tanques fue capturado prácticamente intacto, lo que permitió a los soviéticos realizar estudios y preparar una respuesta.
En los primeros combates en África del Norte, el Tiger podía dominar a los tanques aliados en terreno amplio. Sin embargo, los fallos mecánicos significaban que raramente podían entrar en acción. En una repetición de la experiencia de Leningrado, al menos un Tiger fue alcanzado por los cañones antitanque británicos de seis libras. Estas experiencias demostraron que las armas fabulosas no eran el sustituto de las tácticas correctas.
En la ofensiva de Kursk, el Tiger tuvo un gran éxito en combate. Entre el 1 de julio de 1943 y el 1 de septiembre del mismo año, el s.Pz.Abt 503 reclamó la destrucción de 501 carros de combate enemigos (en su mayoría T-34, pero también KV-1 y un pequeña porción de tanques anglo-americanos, de hecho unos 50 Churchill fueron desplegados en el sector central de la saliente y lo pasaron bastante mal en sus encuentro con la nueva generación de Panzer), 388 cañones antitanque (de 76,2 mm y algunos antiaéreos de 85 mm), 79 piezas de artillería pesada y 7 aviones, estos últimos destruidos aparentemente al arrasar un aeródromo. En el mismo período el batallón perdió 18 Tigres destruidos sin posibilidad de reparación, 7 de ellos incendiados.
El Tiger era más lento que la mayoría de los otros carros de combate de la guerra, pero tenía una velocidad típica para los tanques pesados y de apoyo de infantería. La velocidad máxima era de 38 km/h, comparada con los 37 km/h de su oponente más cercano, el IS-2, aunque rara vez se llegaban a estas velocidades debido a los problemas que generaba para todos los componentes mecánicos. Ambos eran más lentos que los tanques medianos y menos manejables.
El blindaje y la capacidad de fuego del Tiger eran temidos por todos sus oponentes. Una táctica aliada era enfrentarse al Tiger como un grupo, uno atrayendo la atención de la tripulación del Tiger, mientras que los otros atacaban por los laterales o la parte posterior, algo que ya hacían los Panzer III contra los primeros T-34. Ya que la munición y el combustible se guardaban en los laterales, una perforación lateral solía destruir al tanque. Aun así, los manuales de los carristas de los M4 Sherman decían que, para enfrentarse a un Tiger, debía realizarse por un grupo de 4 unidades y contar con perder al menos 3 (en el caso del Sherman Firefly).
Los Tiger eran utilizados en batallones de tanques pesados bajo el mando del Ejército. Se desplegaban en sectores críticos, para realizar operaciones de rotura del frente o contraataques. Algunas divisiones, como la División Großdeutschland o divisiones de las Waffen-SS, tenían un puñado de Tiger. El Tiger está asociado particularmente al SS-Haupsturmführer (Capitán) Michael Wittmann y el 501° Batallón SS de Tanques Pesados, que fue uno de los comandantes de tanque más exitosos de la Segunda Guerra Mundial.
Unos diez comandantes de tanques Tiger tienen más de 100 bajas en su haber, incluyendo a Otto Carius con más de 150, Kurt Knispel con 168, Johannes Bölter con más de 139 y Michael Wittmann con 138.
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