El T-34 se utiliza a menudo como símbolo del eficaz contraataque soviético a los alemanes. La aparición del T-34 en el verano de 1941 fue un choque psicológico para los soldados alemanes, que habían sido preparados para enfrentarse a un enemigo inferior. El diario de Alfred Jodl muestra cómo fueron tomados por sorpresa con la aparición del T-34 en Riga.
El T-34 podía dejar fuera de combate a todos los tanques alemanes de 1941 con eficacia. Sin embargo, el nuevo tanque sufría de varios problemas mecánicos, especialmente en su transmisión y embrague; al menos el 50% de las pérdidas totales durante el primer verano eran debido a estos fallos en vez del fuego enemigo. Existía escasez de equipo de recuperación y reparación, mientras que la inexperiencia de muchos soldados provocaba que abandonaran sus tanques al oír los primeros disparos enemigos.4 No era raro que los primeros T-34 fuesen a combate llevando una transmisión de repuesto sobre el capot del motor. Estos problemas mecánicos fueron finalmente solucionados.
Durante el invierno de 1941-1942 los T-34 volvieron a dominar a los tanques alemanes gracias a su capacidad de moverse sobre fango o nieve sin quedarse atrapados. Los tanques alemanes no se podían mover en los mismos terrenos que el T-34 podía. La infantería alemana, que en ese momento estaba armada con cañones antitanque PaK 36 de 37 mm y PaK 38 de 50 mm, no tenía medios efectivos para detener a los tanques T-34. Sólo el bajo nivel del entrenamiento de la tripulación y la incapacidad de los mandos soviéticos evitaron que el T-34 alcanzara mayor éxito.
El énfasis del Ejército Rojo en 1942-1943 se centraba en la reconstrucción de las pérdidas de 1941 y en mejorar las habilidades tácticas. La producción de T-34 creció rápidamente, pero el diseño estaba congelado: generalmente, sólo se aceptaban los cambios que acelerasen la producción. Los diseñadores soviéticos estaban bien informados de la necesidad de corregir ciertas deficiencias del diseño, pero esas mejoras habrían costado tiempo de producción y no fueron adoptadas. A mediados de 1943, la producción de T-34 era de unos mil tanques al mes, mucho más alta que la producción alemana. Sin embargo, las pérdidas soviéticas superaban a las alemanas debido a la inferioridad táctica, falta de entrenamiento de las unidades, una cadena de mando defectuosa y la escasez de radios en los tanques.
Como respuesta del T-34, los alemanes comenzaron a presentar un gran número de cañones rápidos PaK 40 de 75 mm, tanto remolcados como autopropulsados. Además, comenzaron a utilizar el nuevo tanque Tiger I a finales de 1942 y el tanque medio Panther en 1943. A la mitad de la guerra, el T-34 ya no poseía la superioridad técnica contra los tanques alemanes. Las proporciones de pérdidas continuaban desfavorables para los soviéticos, aunque curiosamente se redujeron un poco. El problema a afrontar consistía en gruesos blindajes que el cañón ZIS-5 de 76,2 mm no podía hacer frente, por lo que se necesitó una mejora del T-34.
En los últimos años del conflicto, los soviéticos mejoraron tácticamente y la abrumadora superioridad de sus tanques frente a los alemanes jugó un punto crucial. La aparición del T-34-85 a principios de 1944 le dio al Ejército Rojo un tanque con mejor blindaje y movilidad que los Panzer IV (incluyendo la versión H de este) y Sturmgeschütz III, aunque el blindaje seguía estando por debajo del Panther, la potencia de fuego se equilibraba mucho y el Panther, casi impenetrable frontalmente comenzó a ser vulnerable por debajo de los 600 m y a 2000 m usando munición subcalibre. La ventaja soviética consistía en la poca cantidad de Panther que existía frente a los T-34, mientras que la movilidad del carro soviético era todavía superior y además estaba asentado sobre un chasis muy probado y poco propenso a las roturas, mientras que el Panther sufrió durante un año problemas mecánicos que fueron la causa de mayor parte de las bajas. Sin embargo, el T-34-85 era lo suficientemente bueno como para permitir que una tripulación experta y las situaciones tácticas inclinasen la balanza. La introducción de munición subcalibre permitía al T-34-85 penetrar 120 mm a 30º a 500 m, lo cual ponía tanto al "escaso" y caro Panther como al Tiger I en una posición comprometida. Si añadimos a todo esto que por los lados y por detrás, el escaso blindaje del Panther podía ser penetrado a más de 2 km, podemos hacernos una idea de las dificultades contra los continuos ataques soviéticos.
A comienzos de la guerra, sólo el 5 % de los tanques soviéticos eran T-34; esto se incrementó hasta el 50 % o 60 % a mitad de 1943, e incluso más al final de la guerra. En ese momento, los T-34 habían sustituido a los modelos antiguos y estaban disponibles en grandes cantidades, aunque los nuevos tanques alemanes como el Panther, basado en el T-34, los sobrepasaban. A final de la guerra, los tanques pesados IS-2 también estaban mejor blindados y armados que los T-34, que los Panther, Tiger I e incluso en el mantelete del chasis superaba por 7 mm al del Tiger II.
Se ha comparado el T-34 con el tanque medio estadounidense Sherman y el alemán Panzer IV. Cada tanque era la columna central de las unidades blindadas de sus respectivos ejércitos. Los tres eran buenos diseños en el momento en que aparecieron. Los tres tanques fueron mejorados significativamente sin mucha pérdida de efectividad. Los tres tanques eran fiables mecánicamente y podían ser mantenidos en condiciones difíciles. Pero el Sherman y el T-34 podían ser producidos en cadena y en grandes números, no así el Panzer IV. Sin embargo, ninguno de los dos primeros tanques podía enfrentarse directamente a los mejores tanques alemanes, Panther y Tiger, en términos iguales, pero esto no sería una comparación fácil, pues los blindados alemanes eran vehículos pesados más comparables con los tanques pesados soviéticos IS-2.5
Los tanques estaban preparados para varias tareas en el campo de batalla, como apoyo de infantería y aprovechamiento. El enfrentamiento entre tanques era muy importante. La producción alemana estaba limitada a un pequeño número de vehículos superiores pero complejos. La decisión soviética de fabricar una gran cantidad de T-34, mejorando y simplificando el diseño, fue una opción mejor que ayudó a la victoria final.
El T-34 podía dejar fuera de combate a todos los tanques alemanes de 1941 con eficacia. Sin embargo, el nuevo tanque sufría de varios problemas mecánicos, especialmente en su transmisión y embrague; al menos el 50% de las pérdidas totales durante el primer verano eran debido a estos fallos en vez del fuego enemigo. Existía escasez de equipo de recuperación y reparación, mientras que la inexperiencia de muchos soldados provocaba que abandonaran sus tanques al oír los primeros disparos enemigos.4 No era raro que los primeros T-34 fuesen a combate llevando una transmisión de repuesto sobre el capot del motor. Estos problemas mecánicos fueron finalmente solucionados.
Durante el invierno de 1941-1942 los T-34 volvieron a dominar a los tanques alemanes gracias a su capacidad de moverse sobre fango o nieve sin quedarse atrapados. Los tanques alemanes no se podían mover en los mismos terrenos que el T-34 podía. La infantería alemana, que en ese momento estaba armada con cañones antitanque PaK 36 de 37 mm y PaK 38 de 50 mm, no tenía medios efectivos para detener a los tanques T-34. Sólo el bajo nivel del entrenamiento de la tripulación y la incapacidad de los mandos soviéticos evitaron que el T-34 alcanzara mayor éxito.
El énfasis del Ejército Rojo en 1942-1943 se centraba en la reconstrucción de las pérdidas de 1941 y en mejorar las habilidades tácticas. La producción de T-34 creció rápidamente, pero el diseño estaba congelado: generalmente, sólo se aceptaban los cambios que acelerasen la producción. Los diseñadores soviéticos estaban bien informados de la necesidad de corregir ciertas deficiencias del diseño, pero esas mejoras habrían costado tiempo de producción y no fueron adoptadas. A mediados de 1943, la producción de T-34 era de unos mil tanques al mes, mucho más alta que la producción alemana. Sin embargo, las pérdidas soviéticas superaban a las alemanas debido a la inferioridad táctica, falta de entrenamiento de las unidades, una cadena de mando defectuosa y la escasez de radios en los tanques.
Como respuesta del T-34, los alemanes comenzaron a presentar un gran número de cañones rápidos PaK 40 de 75 mm, tanto remolcados como autopropulsados. Además, comenzaron a utilizar el nuevo tanque Tiger I a finales de 1942 y el tanque medio Panther en 1943. A la mitad de la guerra, el T-34 ya no poseía la superioridad técnica contra los tanques alemanes. Las proporciones de pérdidas continuaban desfavorables para los soviéticos, aunque curiosamente se redujeron un poco. El problema a afrontar consistía en gruesos blindajes que el cañón ZIS-5 de 76,2 mm no podía hacer frente, por lo que se necesitó una mejora del T-34.
En los últimos años del conflicto, los soviéticos mejoraron tácticamente y la abrumadora superioridad de sus tanques frente a los alemanes jugó un punto crucial. La aparición del T-34-85 a principios de 1944 le dio al Ejército Rojo un tanque con mejor blindaje y movilidad que los Panzer IV (incluyendo la versión H de este) y Sturmgeschütz III, aunque el blindaje seguía estando por debajo del Panther, la potencia de fuego se equilibraba mucho y el Panther, casi impenetrable frontalmente comenzó a ser vulnerable por debajo de los 600 m y a 2000 m usando munición subcalibre. La ventaja soviética consistía en la poca cantidad de Panther que existía frente a los T-34, mientras que la movilidad del carro soviético era todavía superior y además estaba asentado sobre un chasis muy probado y poco propenso a las roturas, mientras que el Panther sufrió durante un año problemas mecánicos que fueron la causa de mayor parte de las bajas. Sin embargo, el T-34-85 era lo suficientemente bueno como para permitir que una tripulación experta y las situaciones tácticas inclinasen la balanza. La introducción de munición subcalibre permitía al T-34-85 penetrar 120 mm a 30º a 500 m, lo cual ponía tanto al "escaso" y caro Panther como al Tiger I en una posición comprometida. Si añadimos a todo esto que por los lados y por detrás, el escaso blindaje del Panther podía ser penetrado a más de 2 km, podemos hacernos una idea de las dificultades contra los continuos ataques soviéticos.
A comienzos de la guerra, sólo el 5 % de los tanques soviéticos eran T-34; esto se incrementó hasta el 50 % o 60 % a mitad de 1943, e incluso más al final de la guerra. En ese momento, los T-34 habían sustituido a los modelos antiguos y estaban disponibles en grandes cantidades, aunque los nuevos tanques alemanes como el Panther, basado en el T-34, los sobrepasaban. A final de la guerra, los tanques pesados IS-2 también estaban mejor blindados y armados que los T-34, que los Panther, Tiger I e incluso en el mantelete del chasis superaba por 7 mm al del Tiger II.
Se ha comparado el T-34 con el tanque medio estadounidense Sherman y el alemán Panzer IV. Cada tanque era la columna central de las unidades blindadas de sus respectivos ejércitos. Los tres eran buenos diseños en el momento en que aparecieron. Los tres tanques fueron mejorados significativamente sin mucha pérdida de efectividad. Los tres tanques eran fiables mecánicamente y podían ser mantenidos en condiciones difíciles. Pero el Sherman y el T-34 podían ser producidos en cadena y en grandes números, no así el Panzer IV. Sin embargo, ninguno de los dos primeros tanques podía enfrentarse directamente a los mejores tanques alemanes, Panther y Tiger, en términos iguales, pero esto no sería una comparación fácil, pues los blindados alemanes eran vehículos pesados más comparables con los tanques pesados soviéticos IS-2.5
Los tanques estaban preparados para varias tareas en el campo de batalla, como apoyo de infantería y aprovechamiento. El enfrentamiento entre tanques era muy importante. La producción alemana estaba limitada a un pequeño número de vehículos superiores pero complejos. La decisión soviética de fabricar una gran cantidad de T-34, mejorando y simplificando el diseño, fue una opción mejor que ayudó a la victoria final.
No hay comentarios:
Publicar un comentario